ESCUELA BÍBLICA, DOMINCAL
DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. S. Juan 5:39 (RV60)
Quinta lección
El amor nos ayuda a cumplir el rol de esposo
Versiculo para memorizar: "Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?" (Amós 3:3))
Enseñanza Bíblica
A primera hora de la mañana me encontré con una noticia que aparece en la primera página de la publicación, con grandes titulares y la fotografía del protagonista: "Hombre preso de la furia lanzó a su esposa por la ventana". La mujer cayó desde un segundo piso y murió con múltiples fracturas. Su partida dejó dos niñas huérfanas.
Pero lo grave es que el causante del homicidio, su esposo, fue capturado dos años después y ¡había iniciado una nueva relación sentimental!
Él argumentó que su cónyuge no quería someterse a su autoridad de marido. Eso lo enfureció y decidió botarla, como un objeto. Y, para evitar incidentes de ese talante, se consiguió una mujer que a todo le decía sí.
De acuerdo a las pautas bíblicas, trazadas por Dios, el hombre es responsable por su familia. No obstante lo anterior, su rol no significa que sea superior a su esposa. De hecho ella realiza muchas funciones que biológica, física y sicológicamente el hombre no puede desarrollar.
La figura que nos deja planteada las Escrituras es muy sencilla: el hombre responde ante Dios por la forma como guía a su familia, y la esposa responde ante su esposo.
Pero, ¿cómo es posible que las cosas puedan funcionar? Hay dos elementos esenciales. El primero es el amor que debe reinar en la pareja, y el segundo, que haya una mezcla de dosis de tolerancia, comprensión y diálogo. De lo contrario no se producirá ningún acuerdo. El profeta lo describió de la siguiente manera: "¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?" (Amós 3:3)
Sin duda que en problemas no funciona ningún hogar. Cuando los enfrentamientos son comunes y todo apunta a un desequilibrio en las relaciones, en necesario hacer un alto en el camino y mediante oración, delante del Señor, pedir su orientación con el propósito de saber por dónde ir y de qué manera actuar.
1.- Nadie más importante
Es importante el respeto a los roles que cada uno desempeña en el hogar. Lo hemos dicho en otras ocasiones. Sin embargo nunca está de más recordarlo.
Recuerdo la figura de la matrona que describe el Nóbel colombiano, Gabriel García Márquez en su novela magistral "Cien años de soledad". De acuerdo con su relato, Úrsula Iguarán, esposa de Aureliano, era quien decidía cómo se construía y arreglaba la casa solariega que habitaban, mientras que su marido era quien—con los hombres del pueblo—decidían qué se hacía de las puertas para afuera, con los destinos de Macondo.
Cada uno tiene su rol. Respetarlo es posible si amamos a nuestro cónyuge. Y aquí cabe aclarar que la sujeción no implica que la mujer debe guardar silencio siempre ante la voz impositiva de su marido. Debe medir el alcance de cada palabra para no desencadenar tormentas, pero hacer valer su punto de vista. En algunos casos la esposa guarda silencio, más que por sumisión ante la opresión, por prudencia.
Cuando haya algo que genera resentimiento porque se considera que el esposo o la esposa está asumiendo una actitud ofensiva, es importante orar antes de hablar, actuar o tomar cualquier decisión.
2.- El amor, ingrediente fundamental
El amor, como nos enseñan las Escrituras, es el ingrediente en toda relación matrimonial. Fue la recomendación que Dios hizo a los esposos a través del apóstol Pablo: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella..." (Efesios 5:25 Cf. Colosenses 3:19; 1 Pedro 3:7)
Dios no demanda de nosotros algo que no podamos cumplir. Y los esposos, además de tener el imperativo de amar a sus esposas, pueden lograrlo si obran, no en sus fuerzas sino en las de Dios.
Ahora, se preguntará usted: "¿Cómo es posible que el amor germine en mi corazón que ha sido golpeado tantas veces?" La Palabra nos enseña que es por el poder de Dios. A través de su Espíritu Santo siembra el amor en nuestro corazón. Es un amor que trasciende todo lo humanamente previsible. La Palabra dice: "... y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." (Romanos 5:5)
El amor en nuestro interior comienza con el Padre celestial, cuando Él es quien gobierna. Sólo de esa manera daremos lugar a que muera el orgullo y la imposición de nuestros criterios, que aflore la comprensión y que la tolerancia guíe nuestros pasos.
Recuerde siempre que matrimonios gobernados por Dios, son matrimonios de victoria.
Lecturas Devocionales.
Lunes: Gén. 3:1-24
Martes: Gén. 4:1-16
Miércoles: Gén. 7:1-24
Jueves: Gén. 19:1-29
Viernes: Lev. 18:1-30
Sábado: Lev. 26:14-46
Domingo: Núm. 14:20-35.
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20 ¡Contribuya al cambio! (Parte 2)
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